Hace unos dias fué Sant Jordi, me encanta ese dia, moñas, pues si, pero eso de ver libros y regalar rosas por el gustazo y el buen rollo que se vive en las calles me gusta.
Este año me hab regalado este libro y me lo he cruspido en 3 tandas, pero es que para enfermos de esto de la musica y de Jazz acompañado por una ilustraciones al nivel del comentario hacen que uno devore fisicamente este libro.
La idea es nuy original son dos enfermos del Jazz uno es ilustrador y el otro es escritor que dispone de una gran colección de vinilos de jazz ya que incluso habia regentado un local en Japón, que puede fallar? pues nada.
Mi plan de ataque, a cada capitulo le he dedicado una escuha del musico en cuestión y ha sido una gozada con coitus interruptus ya que uno se queda con mas hambre de escucha y lectura.
2 comentarios:
Este, otro enfermo. Ese apego enfermizo al jazz previo al be bop (y parte de este mismo), coloca a Murakami en el grupo de los freaks destinados al ostracismo mas absoluto.
La musica que venera, pertenece a otra generacion, una que tiene a unos pocos empeñados en mantenerla viva, exactamente igual que otra horda de freaks lo hacen con el blues, y mas recientemente, aun otra que pretende hacernos creer que el rock no morirá.
Todos los estilos musicales tienen una vida, y solo el exclusivismo los permite perdurar. Exactamente igual que la musica clasica (quien escucha musica clasica hoy en dia?).
No seré yo quien diga que esta perdiendo el tiempo; celebro que, desde su posicion de “celebridad literaria”, se permita el lujo de (intentar) convencer a neófitos de lo bueno que es correr maratones, o escuchar jazz. Personalmente, prefiero el jazz a la maraton, y por ello, le estoy mil veces agradecido por hacerme “revivir” mi gusto por el jazz, que aunque decente, es claramente insuficiente, y tambien le agradezco que su particular vision de lo que “ve” mientras “oye” a segun que artistas, haya despertado las ganas de escuchar en serio (de una puta vez) a Bix Beiderbecke, o Lester Young, o incluso a Thelonius Monk o muchos otros que, por supuesto, alguna vez se han plantado en mis manos en slguna tienda o feria, pero no todos han ido a parar a mi coleccion.
Intentaré remediarlo.
Mientras tanto, tiraré de las colecciones Verve o Chess que mi compadre me hizo llegar en du momento, y volveré a desenpolvar a los Grapelli, Reinhardt, Miles o Coltrane que agonizan en las estanterias de mi bunker.
Gracias Hakira.
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